viernes, 31 de julio de 2009

GAMUZA ASPIRADORA


Me atrofio, no sirvo.
Ordene y ya no sé que hacer.
Me atrofio, no sirvo.
Sobre la mesa las herramientas inútiles.
Se hace de noche a las 4:47 de la tarde.
Un zorzal se despulga frente a la ventana.
La tetera me llama, yo contesto bruto, con la tasa de té, que
luego cambio por una leche helada con café.
Todo esta desbastado.
Riego los secos cactus que suplican ser helechos en el sur.
Descubro una formación aérea de mosquitos que pululan en
torno a dos plátanos malos, desenfundo el tanax y los
combato, el veneno penetra en todas partes, mi cabeza se
reconoce insecto y quiere caer, pero espero que llegues, que
abras la puerta, que mires en lo que me he convertido en
cinco días de cesantía.
No sirvo, no puedo.
No entiendo que hago solo frente a este espejo electrónico
que logra raspar algo de lo que en verdad sucede.

Subo al principio del texto y lo nombro y grito “GAMUZA
ASPIRADORA, DONDE ESTAS”(a lo Scuvidu)

Solo sirvo cerca de ti, en ti y para ti.

Me vine del calabozo cocinero para prepararte el desayuno,
pero en estos días primeros:
Tu cerca de los aviones y yo casando a los mosquitos que
pululan.

Douzet